lunes, 7 de enero de 2008

17 / 10 / 07

Rodea los espacios de mi piel
sin descanso por esos rumbos.
Descuida del tiempo,
del día, del momento.
Goza únicamente del roce de esta mirada.
Olvídate de ese largo cabello,
de esas mejillas ajenas
de esos grandes ojos negros.
Te vas luego de que exploraste el misterio de mi piel
me dejas cuando ya vaciaste
la copa de mis labios
y en camino al umbral
derrochas tu adiós en gotas de sangre.

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